Jesús continúa enseñando acerca de la manera correcta de hacer obras de justicia. La justicia es cuestión del corazón delante de Dios. Como miembro del Reino de los Cielos, el cristiano no debe tratar de aparentar ser religioso frente a los demás. La religión del cristiano es la práctica de conocer a Dios y acercarse a Él cada vez más. Las “obras de justicia”—dar limosnas, orar, y ayunar—son parte de esa práctica, o el fruto de ella.